Tierra de nadie: 14 de junio de 2019 (viernes)
Conflicto Saharagüi. Actual delimitación en Guerguerat, paso fronterizo entre el actual Marruecos y Mauritania. Zona sombreada en amarillo vulgarmente conocida como "tierra de nadie"
RIHLA A MAURITANIA: ida y vuelta
Desde primeros de junio, ya me estaba haciendo a la idea de que debía de confirmar a mi amigo Mustafa si le acompañaría o no a Mauritania, aún no le había dicho nada a mi familia, si bien, desde hace dos años sabían que estaba invitado por parte del Shekh, cuando estuvo en casa aprovechando su estancia en Córdoba en el primer encuentro internacional de Halal en el que intervino y asistí para documentar mi tesis.
El viernes 7 de junio Mustafá, me pide le confirme si le acompaño. Ya el día de antes informé a mi familia y estos me dieron autorización pues mi madre aun convaleciente de dos intervenciones acababa de salir del hospital como quien dice, pero comenzaba a mejorar.
Junio de 2019 Día 10 lunes: La salida tendría lugar el lunes 10, desde Posadas en principio iríamos cinco personas en el coche de una de ellas, a la que habría que ir a recoger de entre otras a Granada.
Tenía cita con el dentista para el jueves próximo para extraerme una pieza dental, de las pocas que ya me quedan, y que me daba problemas a la hora de hablar, así que lo último que hice antes de salir de viaje, fue ir temprano de mañana al centro médico para que me la quitasen con antelación a la cita, explicando el motivo, pues intuía que para este viaje debía de hacer ese esfuerzo.....
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Junio de 2019 Día 10 lunes (Continua...) A las 13,15h, Mustafa pasó a recogerme y fuimos directamente a Córdoba a una gestoría (957 000000 “xxxxxxxxx”) para recoger la carta verde del seguro del vehículo y evitarnos en lo posible problemas en las aduanas. Ya desde ese mismo momento me informa que no nos acompaña nadie más y que solo los dos, emprendemos el viaje. Algo que no me sorprendió en principio, pero que sí afectaría a mi maltrecha economía, pues lo que en un principio pensó ser un viaje invitado, paso de ser compartido entre cinco, a suponer un pellizco a los pocos euros que disponía.
¿De haber sabido esto, el viernes antes, me habría echado atrás? - No.
Pues de entre los fines y objetivos de este viaje, estaba el pasar por el Aiún, (Sahara occidental) de camino a Mauritania, pues quería estar en la ciudad donde mi padre y su hermano Antonio sesenta años antes pasaron unos años sirviendo en el ejército. Puestos en carretera, pasamos por la antigua estación de Renfe de Luque (ahora acondicionada como cafetería) donde almorzamos, dirección Granada, fuimos a recoger unas cosas a Granada y saludar a XXXX, sobrino de XXXXXXX y a algunos de quienes en un principio pretendieron acompañarnos, ya camino de Algeciras para coger el barco a Tánges, (pasaje ida y vuelta con vehículo 294 euros) quedamos con mi primo XXXXX en una cafetería-gasolinera de Estepona y nos tomamos un refresco, allí nos despedimos.
Siguiendo sus indicaciones para evitarnos pasar por los peajes de autopista, metimos en el rumbo la opción no pasar por autopista ni por peaje, eso nos hizo que tuviéramos que recorrer una distancia que de modo lineal supondría unos cuarenta Kilómetros en casi una hora por carreteras de sierra. El tiempo lo teníamos en los talones, debíamos de estar en la zona de embarque antes de las 22,00 y menos mal que de forma providencial en los Barrios, encontramos a una pareja que viajaba en otro vehículo que se ofreció a servirnos de guía y nos llevó hasta el mismo puerto, donde llegamos y compramos el pasaje a cinco minutos de cerrarse la expedición. Con las prisas, la vuelta del pasaje, que fueron cinco euros los deje dentro del pasaporte y al entregarlo al policía, no sé qué se le infundiría al verlos (al abrirlo) que dijo “guarda esto que te va hacer falta”, en verdad fue el preludio de todo el viaje, es decir, gente que nos ha salido al paso y nos ha ayudado, (las que más), pero otra mucha con el dinero por delante.
Ya en el interior del barco mandamos los últimos mensajes
aprovechando la zona wuifi y el internet de España. En un momento dado ya en navegación, se presenta un pasajero invitándonos a ir al control de pasaporte, que existe en el mismo barco y allí comienza uno de los cientos de interrogatorios de la razón y destino de nuestro viaje.
Una travesía corta y nocturna, donde apenas picamos. La comida que llevamos, esta racionada, porque entendemos, que todo se irá superando sobre la marcha. Mustafa es muy ordenado y tiende a tener todos los papeles a mano, nuestra intención es guardar todos los tiket de gastos y relatar el viaje en la agenda.
DIA 11 martes: Al descender del barco se inician los controles de pasaportes nuevamente junto al contenido del vehículo, el que ha de pasar por un escáner. Entre una cosa y otra nos dan cerca de las dos de la madrugada del día 11. Ya en la zona portuaria y al iniciar la salida de esta, nos abordan los buscavidas de turno que perfectamente organizados y adiestrados, nos ofrecen cambiar euros por dirjan y tarjetas de móvil marroquíes. Las cuentas al cambio parecen estar claras, para unos más que para otros. Seguimos saliendo a las autovías de peaje. Hasta ahora la conducción va más de la mano de Mustafa que se maneja mejor por su impronta. Yo para ir familiarizándome con su coche le cogí en España en algunos tramos, pero de día.
La percepción de los cambios en este país, no fueron evidentes, hasta el amanecer, estuvimos toda la noche conduciendo hasta llegar a una gasolinera, descansamos un poco y nos preparamos un té. Fue con las luces del día que en apenas unos cientos de kilómetros aprecie la pobreza y la pujanza de quienes se saben en medio de la nada, cuando la nada no es ni algo y algo es la salvación de quienes aspiran a salir y les desborda las ansias por su supervivencia.
Emprendemos la marcha hacia ciudades que me suena sus nombres, aquí las distancias para encontrar una cafetería al modo convencional como estamos acostumbrados en occidente es un imposible, nos apartarnos decenas de kilómetros para encontrarlas y si lo hacíamos, es porque aprovechábamos para ir a visitar ciudades como Rabat, Marrakech.
La conducción es caótica, los vehículos imposibles de imaginar que puedan funcionar, si no, los ve uno con sus propios ojos, los contrastes se aprecian sobre todo en estos, la ropa es sufrida, y las gentes son enjutas. Finalmente, después de una larga conducción y tras un difícil aparcamiento llegamos a Rabat, un enclave estratégico, (como parecen estar situadas todas las ciudades). Nos apartamos muchos kilómetros hasta llegar a ella, allí desayunamos en una terraza a lo occidental, en un barrio plagado de edificios institucionales. Fuertemente vigilado, los soldados por sus uniformes, muestran sus singularidades, indicadores de pertenecer a múltiples cuerpos y funciones.
Sus fortificaciones amuralladas son reproducciones calcadas de las que un día fueron las de nuestras ciudades y que ellos lógicamente conservan mejor. Recuperamos fuerzas, cambiamos nuevamente dirjan y compramos algo de fruta, emprendemos la marcha ahora dirección a Marrakech, dejando Casablanca a nuestra derecha.En Marrakech hicimos una visita al zoco, el que destaco su entramado, y cantidad de buscavidas. No estuvimos mucho rato, pues debíamos de retomar el camino. Regresamos al vehículo que dejamos algo lejos, el calor ya era parecido al que después encontraríamos adentrándonos en el desierto. Nuevamente los contrastes, la miseria, suciedad, frente a las nuevas construcciones y la mala prensa que con ocasión de la “invasión occidentalizada” de usos y sus prácticas nos recuerda que la necesidad va de la mano del hambre, forzando que las vilezas del ser se abran paso a golpe de dinero comprando voluntades y dignidad, extremos estos que no se pueden reconocer de modo público, pero que se presumen, a poco que indagues y se pregunte.
Mucho me temo que ciudades como estas, son subvencionadas en aquellos oficios o paradas, para que turísticamente parezcan ancladas en el pasado cuando de puertas afuera de los zocos el bullir del occidentalismo, pugna por dejar atrás las tradiciones. Y siempre la chiquillería, y la juventud por doquier, avispados y al acecho para sacar un dirjan como sea y si son euros, mejor que mejor.
Lo que me llama la atención es que pese al gran gentío y tráfico que existe, no se aprecia ruido de voces ni otros sonidos estridentes.
Salimos del zoco después de ahumarnos en un puesto donde nos comimos un bocadillo de ternera allí mismo preparado....
Dejando a nuestras espaldas Agadir, ponemos rumbo a (Tiznit) donde pasaremos la noche. Nos confundimos con una población de nombre parecido y acabamos en una playa aislada y desierta donde nos hacemos algunas fotos y veo por vez primera un camello en libertad. Llegamos ya de noche a la población, saliendo a nuestro encuentro un familiar xxxxxxxx (xxxxxxxxxxxxxxx) este nos muestra una mezquita que esta en construcción y donde está el mausulueo de xxxxxxxxxxxxxx
Se encuentra en la parte antigua de la ciudad. Como todas, te retrotraen a lo que un día fueron nuestras ciudades y pueblos, salvadas las distancias en muchos aspectos recuerda la morería de Posadas.
Allí entablo conversación con un grupo xx xxxxxxxxxxx que nos reciben y acogen, dándonos conversación”, ávidos de intercambiar opiniones, no pasan desapercibidas las mías, la verdad sea dicha, sin conocer muy bien donde me encuentro ni en el lugar que estoy mi intuición me dice que no se pueden tocar ciertos temas abiertamente y que si lo puedo hacer es porque voy de paso. No obstante, con mi escaso nivel de francés, alcanzo a percibir que nos encontramos en un terreno “complicado”, y pese a todo accedo al mausoleo de la mezquita en construcción anexa del “xxxxxxxxxxx” A mi regreso ya en España, acabé entendiendo mejor las limitaciones a las que se enfrentan quienes comparten su espíritu y viven bajo xx xxxxxx del actual xxxxxx Marroquí.
Continuamos con la conversación ya en la casa de nuestro anfitrión donde departimos después de cenar con su sobrino, procediendo en la misma línea, dejamos una puerta abierta para que la resolución de cualquier conflicto se haga atendiendo a la paciencia y los buenos consejos de los mayores, priorizando en la unidad de la familia, en espera de que las fronteras no imposibiliten, más de lo que lo hacen esta desunión, pese a sus anhelos y su esperanza. “donde los fines justifican los medios, siempre que los medios, no confundan los objetivos”.
Os dejo por aquí la reflexión ultima de este viaje : en tanto comienzo a ponerle por día a día en este mismo hilo. - No lo hago siguiendo un orden empezando por el final por aquello de que no somos quienes para decir cuando acaba este. Salud. o lo que es lo mismo: Salam.
¿Serendipia o reflexión?
Nada pasa por casualidad, todo tiene una causalidad, la vida, la existencia. Llegado a este punto y en el día de hoy uno de abril de 2020, en este “retiro interior”, casi un año después de este viaje, condicionado por las circunstancias, he retomado el relato, disponiéndome a cerrarle con un punto y aparte.
Son muchas las instantáneas que quedaron en el viaje por aquello que no disponía de equipo de filmación ni cámara adecuada, unido a que otras muchas imágenes fueron tomadas desde otro dispositivo y que ahora no puedo compartir. Pero como afirmo, son las que son por la razón de ser que sea. El hecho es que, en el intento de hacer un balance de lo vivido, como si de una norma obligada se tratase. Me dispongo a escribir estas líneas.
Dejándome llevar por las palabras, buscando en ellas su significado cuan si de pequeñas consignas interiores, recónditas y alojadas en lo más profundo de mi ser o del aura que me rodee, (de ser así), me afloren. Palabras que me han abordado como entelequia, serendipia, reflexión. Guiado por la búsqueda de su significado me dirijo como acostumbro hacerlo, a la (Real academia de la lengua española) y esta juntos a sus acepciones abren en mí, un circunloquio. Os invito hacer lo propio con las misma u otras para luego convenir que habiendo podido elegir sus derivas según que acepciones elijáis, el circunloquio no seria otro que resumirlo con una máxima, la de cada uno.
En mi caso sería “cerré el circulo”
Nada de lo ocurrido a este día me ha sorprendido, estaba prevenido, cumplí con el cometido. Y a mi regreso entendí que mi punto de partida no era el de llegada. Aún nos resta camino por recorrer con mis seres allegados y queridos. Por eso tengo paz interior que compartir con los integrantes de este mí circulo, siéntete afortunad@ por ser un@ de quienes bien nos queremos.
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