Foto sin personajes para no desmerecer lo desmerecible.

Asistencia buena, precios abusivos, para intentar fomentar el arte y hacer este cercano al pueblo para que deje de ser de la elite de los entendidos que dicen serlo, para que les deleiten con la exclusividad que se jactan tener para deleite de sus sentidos sin sentido.
Nada mejor que haber presenciado esta velada y concluir que aunque poco se dio el cante, .
A la entrada 10 Euros, acompañado de una barra de refrescos que a 1,50 /$/, que ya lo reiterara Agustín Bernabe presidente de la "Peña", digno de agradecer el reconocer que tenia mérito haber asistido con los tiempos que corren.
De ahí que no comprendo donde esta el mérito del apoyo del ayuntamiento a este evento, entiendo que la cátedra de flamencología, e institución de la junta, poco apoyo habrá brindado.
Pues si de la entrada detraemos los muy allegados, funcionarios y demás que se colaran, no es de extrañar que a la recaudación hubiera que ayudarle con unos euros, porque la pesadas publicidad estatica o no de nuestros paisanos, no nos lleva a gala, como lo hace el hijo de la Tomasa.
En cuanto al arte, solo decir que el felah(campesino)-mencub(excluido), (flamenco) entendido como cante jondo que nace del quejio del alma, brillo por su ausencia, salvo en la sorna socarrona e irónica de Fernando de la Morena, que viendo como estaba el patio del "colegio", de “Andalucía”. Ante quien le precedió y la respuesta que el publico "entendido", a este dio, entiendo que su esfuerzo no fuera más que desear buenas vacaciones a quienes pudieran ya estar de camino a la playa, cuando invito a Luís de Córdoba a cerrar la fiesta junto con el resto de participantes y este ya no estaba.
De todo y con todo me quedo con lo insípido de la velada, aunque el duende estar estaba, pero repartido en el genio ávido de alguna que otras miradas todas muy “gitanas”.
¡Que malaje tienen los payos para esto de organizar quedadas!.
"Como diría de la Morena en una seguidilla, "……aunque se vista de mora toda la cristiandad", yo añadiría el habito no hace al monje y aquí si algo hay que agradecer es de la existencia de esta peña flamenca. Que tras sus treinta años de trabajo, no acaba de romper con las trabas de quienes atan a este arte y lo mantienen dentro de lo políticamente correcto pues otra cantar sería dar a este el lugar que le corresponde y merece. Pero eso sería remover muchas heridas aún por cicatrizar y ese, ese es otro CANTAR AL QUE HAY QUE ENTRAR MUY JONDO CON TODO TIPO DE PALOS.